“Detrás de un
hombre fuerte hay una mujer fuerte”. Este dicho no pasa por alto en la vida de
la familia de Martín Lutero el reformador. ¿Qué hubiese sido la vida del
reformador si no hubiera tenido a su lado a su “ayuda idónea?
La verdad es,
en Katharina encontramos una mujer que fue de mucha bendición para su familia y
creemos también como un buen testimonio digno de imitarse en la vida
matrimonial para los creyentes de hoy.
Con Lutero,
comienza la historia del protestantismo en el mundo y con Katharina comienza la
historia de la mujer dentro de la familia protestante.
En homenaje a
la Reformación de Lutero, también recordamos la vida de su esposa Katharina.
Nuestro deseo
es, que al leer este trabajo pueda inspirarla también a usted que pueda seguir
el ejemplo de fe y de lucha, de esperanza frente al dolor a la oposición del
enemigo, del mundo, a seguir adelante con Jesús. Así como Katharina lo demostró
en su vida de creyente.
Les desea un
servidor vuestro
Davidquins
Su niñez
Nació el 29
de enero de 1499 en Lippendorf, Leipzig, Alemania del Este y falleció el 20 de
diciembre de 1552. Su padre se llamó Hans y su madre Katharina von Haubitz[1].
Tuvo tres hermanas y un hermano. La
situación económica de sus padres no era nada bueno, sino precario. La madre
murió cuando Katharina tenía cinco años de edad. Poco tiempo después el padre
tuvo su segunda mujer.
Su juventud
Después que
su madre murió, Katharina fue enviada a un convento Benedictino en Himbscha,
Grimma. Por esos tiempos, en la aristocracia de entonces era natural que las
hijas fueran educadas en un centro religioso católico.[2]
En el
convento del Trono de María en Nimbsch aprendió a escribir y a leer. Entre
otras asignaturas, estaba la música, algo de latín, principios básicos de
Educación Familiar. Pero sobre todo Katharina recibió una preparación especial
en medicina casera. Toda esta etapa de preparación, daría frutos más tarde como
esposa del reformador Martín Lutero.
A los 15 años
de edad entró al noviciado. Después de un año de prueba, el 8 de octubre de
1515 daba su voto a ser, la “novia de Cristo”, con ello, rechazaba toda
posesión material, debía practicar la castidad y obediencia total a sus
superiores. Así, Katharina supuestamente se despedía de la vida mundana.
Su huida
En 1517
Lutero, escribió un trabajo llamado: Resoluciones
de Wittenberg. En ella, se expresaba: Cada persona que deseaba abandonar un
convento, tenía esa libertad. Los argumentos que Lutero escribió llegaron
también al convento donde Katharina se encontraba. Seguramente éste escrito
como otros del reformador Lutero convenció a Katharina a cambiar el rumbo de su
vida.
Otro
tratado de Lutero, “la Libertad Cristiana” también llegó en forma ilegal al
convento del Trono de María. En esta obra Lutero, escribe sus enseñanzas contra
el papado, contra la iglesia católica romana y su hipocresía frente a la Biblia.
Al referirse al creyente cristiano Lutero dice:
·
El cristiano es un hombre
libre, señor de todo y no sometido a nadie;
·
El cristiano es un siervo, al
servicio de todo y a todos sometido.
Para Katharina y su situación
como monja seguramente este mensaje le llevaba a darse cuenta que para servir a
Dios no solamente se puede hacer desde un convento, sino también fuera de ella.
En
la Semana Santa del sábado 6 al domingo 7 de 1523, doce monjas huyeron del convento
donde se encontraban, entre las cuales se encontraba Katharina. Ayudado por un
comerciante amigo de Lutero, las monjas llegaron a la ciudad de Wittenberg,
donde también Martín Lutero residia. De las doce personas, tres regresaron a
sus familiares y el resto encontraron ayuda y refugio en diferentes familias de
Wittenberg.
Katharina
encontró ayuda en la casa de un pintor muy famoso por esos tiempos Lukas
Cranach[3].
La esposa de Cranach, Bárbara, llegó a ser una amiga, y consejera íntima de
Katharina
Matrimonio
La casa de
los Cranach, era un lugar donde frecuentaban gente de la aristocracia. Esto le
abriría puertas para el futuro de Katharina. Allí llegó a conocer a un tal
llamado Hieronymus Baumgärtner, quien fue su “primer amor”. Pero por oposición
de los padres, y el argumento que ella eran una monja que huyó de un convento[4],
no llegaron a casarse.
A este tiempo,
Lutero, ya famoso en Wittenberg y fuera de ella por sus famosas “95 Tesis”
ayudó también a Katharina a buscar un esposo para ella. Le presentó como
candidato a un ex sacerdote llamado, Glatz, pero ella no aceptó.
Lutero mismo,
tuvo deseos de casarse con Ave Schönfeld, también una de las que huyó con
Katharina, pero Lutero, dejó pasar algo de tiempo, de tal forma que, Ave se
casó con un médico.
Lutero, buscó
otro candidato como esposo para Katharina, Nikolaus von Amsdorf, pero tampoco
se llegó al matrimonio.
Así Lutero,
después de pensarlo mucho y también algunas veces que predicaba; que la familia
es buena y de mucha bendición, decidió poner en práctica la teoría y así
decidió contraer matrimonio con Katharina.
Martín Lutero
de 42 años de edad y Katharina von Bora de 26 años edad se casaron el 13 de
junio de 1525, festejando las bodas con un pequeño grupo de amigos, a esta boda
asistieron también los padres Lutero, donde también hubo una reconciliación
padre e hijo.[5]
La vida familiar
La familia de Lutero tuvo
cinco hijos. Elizabeth quién no alcanzo el año de vida. Magadalene, quien
falleció a los doce años[6], Martín,
Paul y Margarethe.
En cuanto al concepto
teológico de la educación Lutero dice: «La influencia de los padres no sólo
influyen la vida del niño en este mundo, sino también la vida eterna. La
responsabilidad de los padres es pues muy importante».
Katharina, tuvo mucho amor a
sus hijos, la educación y el cuidado de ellos era pues una tarea ligada frente
a otras obligaciones en la casa.
Una tarea que Katharina asumió
frente a sus hijos, fue la instrucción
religiosa de sus hijos. Ella misma compartió las clases del catequismo.
A esto se suma su amor por los
necesitados y esto lo demostró ayudando a sus sobrinos acogiendo en el seno de
su familia. De igual manera, mucha gente pobre recibía ayuda alimentaria cada
día en su casa.
Seguramente ella tenía más
fuerzas físicas que su esposo, quién sufrió algunas enfermedades y necesitaba
también ayuda de su esposa.
Organizadora,
Administradora
La situación económica de
Lutero no era buena, pero tuvo mucho apoyo por el trabajo que Katharina brindó
a su familia. Adquirieron un viejo convento ligado con grandes campos para
sembrar. Después de refaccionar abrió allí un hospedaje donde visitantes podían
dormir, tomar alimentos, descansar. Se dice que diariamente se tenía que
cocinar para 40 ó 50 comensales.
Las cosas necesarias para los
alimentos se tomaban de los huertos que ella misma había sembrado, de igual
manera la necesidad de carne era suplida de su misma crianza.
Modernamente se puede decir,
que Katharina era una empresaria de tipo medio. Ella tenía siervos para la
agricultura, apicultura, cervecería[7],
hotelería, etc.
Como
esposa de un pastor
Lutero, fue el teólogo más
grande en la Edad Media y creo yo, también lo es hoy en nuestros tiempos. Y como
tal, tuvo una esposa idónea, hecho a su medida, que fue su brazo derecho y a
veces algo más de todo eso. En el hotel que tenía, sus huéspedes provenían de
toda Europa, muchos colegas de sus esposo, teólogos, pastores, como estudiantes
de Lutero vivían por algún tiempo allí.
En muchas ocasiones las
conversaciones y discusiones no sólo eran en alemán, sino también en latín.
Katharina cuando el tiempo lo permitía, tomaba parte en esas conversaciones y
daba su punto de vista.
En algunas discusiones
teológicas, Lutero daba la oportunidad a su esposa de dar su opinión. Lutero
llamó a su esposa: “Señor Käthe”, para él era su doctora, predicadora de
Wittenberg.
A pesar de tener muchas
actividades en el día, el hecho mismo de sus negocios que tenía, ella se daba
tiempo para leer. Sobre todo la Biblia y aquellas partes que ya su esposo había
traducido de la Biblia. Los Salmos eran su lectura preferida. A esto Lutero
decía: Mi esposa entiende mejor los Salmos en comparación con todos los
papistas.
Lutero, como reformador tuvo
una tarea nada fácil. Había mucho oposición, enemistad. Debemos considerar, que
se estaba luchando en primer lugar en contra huestes malignos celestiales.
Incluso muchos de sus seguidores le criticaban duramente y como consecuencia a esto,
Lutero caía en la tristeza y en la depresión.
Lutero, para buscar paz en
medio de su situación espiritual buscaba la soledad para orar, reflexionar.
Se cuenta que en una
oportunidad, Lutero al regresar a su casa, tocó a la puerta y su esposa le abrió
la puerta y al ver a Katharina, Martín exclamó: Kataharina, ¿qué pasó?[8]¿Ha
muerto alguien? Su esposa contesto: «Sí, ha pasado una desgracia grande. ¡Dios
ha muerto! Su siervo Martín, anda tan deprimido y triste. Eso debe tener un
solo motivo: Dios está muerto. Y esta es la razón por la que yo estoy de luto».
El método de la cura de almas,
que usó Katharina frente a su esposo fue muy efectivo. Lleno de risa Martín
exclamó: Pero Khäte, ¡nuestro Dios no puede morir! El vive, y vive para
siempre.
Martín había entendido la
corrección y la enseñanza que su esposa le daba.
La vida de Lutero no fue solo
color de rosas, sino también ligado de sufrimiento, persecución, odio rivalidad.
Pero su fe en Jesús permaneció.
Como recuerdo a este suceso,
en su puerta Lutero escribió: Vivit (¡El vive!).[9]
Su
muerte
Su esposo Martín murió en
Febrero de 1546, desde entonces la vida para Katharina se volvió duró y tuvo
muchos problemas y dificultades. Su esposo hizo un testamento sin acudir a un
Notario, a donde su esposa sería “tutela”[10] para
sus hijos, pero esto no fue reconocido por las autoridades de entonces.
Frente a esto Katharina luchó
hasta conseguir ese derecho de tutela frente a sus hijos y sus bienes.
El otro problema que le llevó
a la ruina fueron las guerras existentes en ese tiempo, esto hacía que debía
buscar refugio dejando sus posesiones materiales que tenía.
En Setiembre de 1522, apareció
de nuevo “la peste”, llamada también la
“muerte negra”[11].
De nuevo Katharina tuvo que abandonar Wittenberg para irse a Torgau otra
ciudad. Aquí, en el camino ella tuvo un accidente de tráfico. Falleciendo el 20
de diciembre de 1522.
Impulsos
para la vida cristiana hoy
·
Se dice que Katharina no se
sentía a gusto durante el tiempo que estaba en el convento. Ella no deseaba
estar allí, pero las circunstancias de la vida en la familia, no le optó otro
camino.
Pero
creemos, que ella no hubiera llegado alcanzar su misión como esposa, madre,
empresaria, si en este tiempo de su niñez y juventud no hubiera tenido esa
educación secular.
La
mentalidad de muchos hombres frente a las mujeres en todos los tiempos y
lugares es que a veces se le considera a la mujer, como persona de segunda
clase.
Esto
a veces lleva a que en muchas culturas[12], hoy,
los padres todavía no han aprendido o no
quieren comprender, cuán importante es que, también las niñas, señoritas deben
también una educación secular hasta que llegue a tener una profesión.
·
Katharina había recibido una
buena educación secular, tuvo conocimiento básico en medicina, podía hablar
escribir el alemán, así como el latín, idioma de la alta sociedad de
entonces, pero también sabía criar
cerdos, gallinas, cabras, como también cocinar, y ser una buena empresaria.
Ser una persona culta,
de letras, significa que también se pueda practicar otras actividades simples,
que dan alegría a la vida y complementa lo que falta para vivir, es decir el
aspecto económico.[13]
·
La esposa de Lutero, nunca
afirmó ser una teóloga o pastora, y sin embargo, pudo compartir su punto de
vista bíblico ante la necesidad presente. Frente a teólogos, estudiantes, y
todo aquel que necesitaba su ayuda.
Conocía la biblia y sólo
así pudo educar bíblicamente a sus hijos. Tenía una relación con el Salvador
por medio de la Palabra, la oración, y sobre todo mucho apoyo a su esposo en la
obra que éste hizo.
·
Katharina demostró el amor de
Cristo practicando la hospitalidad, la diaconía en la iglesia, en sus
familiares.
Bibliografria
Katharina von Bora.
Kathatrina die Lutherin. http://www.lutherin.de/
Luther und Co.
Auflage 2017. Ev. Volks- und Schriftmission Lemgo-Lime.
Martin Luther Luther
und die Reformation. H, Stadler. Hermes Handlexicon.
Starke Fromme
Frauen. P. Zimmerlin. Brunnen.
[1] Los padres provenían de la
aristocracia alemana. Pero por situaciones diferentes empobrecieron.
[2] A este tiempo la educación escolar
alemana era solo para la clase alta, adinerada.
[3] Cranach, tenía también una
imprenta, una farmacia, y llegó a ser Alcalde tres veces en Wittemberg.
[4] En la Edad Media, actuar en contra
la Iglesia y sobre todo romper un voto, era pues algo no digno y desde ya
había; ira, crítica, y burla para quienes lo hacían.
[5] El padre Lutero no estaba de
acuerdo que su hijo sería un sacerdote, él deseaba que su hijo llegase a ser
abogado. Esto llevó a un conflicto entre e hijo.
[6] La muerte de Magdalene, les llevó a
los esposos Lutero a una profunda crisis.
[7] La mejor cerveza del mundo viene
de Alemania. El uso de la cerveza alemana
es como el uso del vino en otros lugares. Para la cultura andina, y
especialmente para los creyentes cristianos evangélicos muchas veces ha de ser
algo nuevo enterrase que Lutero bebía
cerveza. Aquí se debe tener en cuenta: “Otra cultura, otra costumbre”.
Si
alguna vez vea usted a un misionero alemán tomar una cerveza, recuerde, no es
un alcohólico, sino es parte de su cultura. No critique, ni tire la piedra para
condenar. Pero yo creo un misionero que respeta las costumbres de otras
culturas no beberá cerveza, por no herir la fe del creyente que es débil en la
fe.
[8] Katharina, estaba totalmente
vestida de negro como si alguién había muerto.
[9] Arno Pagel: Luther und Co., p. 7. Ev. Volks – und Schriftenmission Lemgo
– Lime, Edición 2017.
[10] La tutela. Autoridad conferida por ley a un
adulto para cuidar de una persona y de sus bienes porque esta no está
capacitada para hacerlo por sí misma.
[11] La
peste era, pues, una zoonosis, una enfermedad que pasa de los animales a los
seres humanos. En el caso de lo que ocurrió en la Edad Media fue el contagió de
bacterias transportadas por las ratas negras u otros roedores. La forma de la enfermedad más corriente era la peste bubónica
primaria, pero había otras variantes: la peste septicémica, en la
cual el contagio pasaba a la sangre, lo que se manifestaba en forma de visibles
manchas oscuras en la piel –de ahí el nombre de «muerte negra» que recibió la
epidemia–, y la peste neumónica, que afectaba el aparato
respiratorio y provocaba una tos expectorante que podía dar lugar al contagio a
través del aire. La peste septicémica y la neumónica no dejaban supervivientes.
[12] En el caso de la cultura andina, es
el machismo, cosa que debe cambiarse,
más aun si uno es creyente.
[13] Lutero no ganó dinero publicando
sus trabajos escritos, si no hubiese sido su esposa que le ayudó en el aspecto
económico, su esposo estaría en situación de pobreza.
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