miércoles, 17 de octubre de 2018

La parábola del trigo y la cizaña


La Parábola del trigo y la cizaña

Introducción
En algunos países se celebra la “La Fiesta de Acción de gracias”. Esto al final de la cosecha. Como agradecimiento a Dios por sus bendiciones dadas.
En el Pueblo de Israel, también se celebró la llamada “Fiesta de la Cosecha[1]. Una fiesta que duraba siete días y todo el pueblo en ella participaba. Las viudas, los huérfanos, el extranjero estaban invitados a participar de Dicha fiesta.
El apóstol Pablo, también habla de este tema y lo relaciona con el aspecto económico administrativo de la iglesia. Es decir, la iglesia del Señor está llamada a sostener a aquellos que trabajan en la tarea pastoral de la iglesia.
Así, advierte a los creyentes: No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará (Gálatas 6:7). Advertencia, que no se debe pasar por alto hoy en nuestras congregaciones.
Jesucristo, también habla de la cosecha y lo relaciona con “el juicio del fin del mundo”.
Espero que el presente trabajo le sea de ayuda en el crecimiento espiritual. Sobre todo ahora que nos encontramos en esta fase de la realización del reino de Dios.
El editor
Davidquins

I. La tarea de Jesús
Antes de entrar al tema de la parábola, en Mateo 13 los primeros versículos me llaman la atención en tres puntos.

1. Jesús va a Su misión.
13: 1. Jesús salió de la casa y se sentó a la orilla del mar. El Salvador es “”enviado” por el Padre al mundo para “revelar” la voluntad de Dios, para “glorificar” al Padre. Para “compartir el amor” del Padre con sus discípulos[2].
Como vemos, esas son las metas de Jesús para ese tiempo que vino.
Una pregunta: ¿Cuál es tu meta en este tiempo para ti, en qué te ocupas?

2. Los oyentes de Jesús
13:2 …mucha gente se le acercó… Ya me imagino que quienes vinieron a escuchar el mensaje de Jesús, eran los líderes de la nación judía, los maestros de la ley, pero también la gente sencilla del pueblo.
 No olvidemos también a su propia familia. En Mateo 12: 46 se nos informa que su madre y sus hermanos querían hablar con él. Marcos nos narra. Que sus familiares pensaban que Jesús estaba fuera de sí (Marcos 3: 21).
De todos esos oyentes, algunos creyeron que Jesús era el Mesías esperado. En Mateo 12:23, la gente le llama: Hijo de David. Pero otros, como en el caso de los fariseos, le acusaron a Jesús de ser un representante de Satanás (Beelzebu).
Con este suceso de rechazar a Jesús como el Mesías esperado, hay una consecuencia muy especial y triste, la constitución, realización, del Reino de Dios, ha de ser postergado a un tiempo indefinido.

3. Jesús como maestro
13:3.  Entonces por parábolas les habló muchas cosas
Jesús al comenzar Su ministerio de la predicación lo hace como un Heraldo. Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 4:17). Mensaje que todavía la iglesia debe predicar.
Como “maestro” Jesús, de todas las enseñanzas que él  compartió, un tercio, lo hizo en base a “parábolas”.
A partir del capítulo 13 de Mateo, hemos de encontrar que Jesús usa de la parábola como un método de enseñanza.

¿Por qué les hablas en parábolas?
Fue una pregunta hecha a Jesús por sus discípulos. A esto la respuesta es: Porque a ustedes se les concede entender el misterio del reino de los cielos, pero a ellos no (Mateo 13:10-11).
Como ya vimos antes, los oyentes de Jesús se dividen en dos grupos. Los que creen en él y los que no creen.
A los creyentes se les está concedido entender el misterio del reino. Que privilegio más grande para “todos” los creyentes. Aquí no se conoce a especialistas (sacerdotes de la iglesia romana), o laicos. Aquí no hay grados de los iluminados como algunos pretenden serlo en sus sectas. Tampoco hay como aquellos que afirman tener más del Espíritu como el otro. O que pertenece a determinada secta que por guardar el sábado son mejores que los otros.
Pero Pablo, nos advierte: Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno (Colosenses 4.5).
Es decir, que la teoría se puesta en la práctica allí donde estemos.

II. La Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero, mientras dormían los trabajadores, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo brotó y dio fruto, apareció también la cizaña. 27 Entonces, los siervos fueron a preguntarle al dueño del terreno: “Señor, ¿acaso no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde salió la cizaña?” 28 El dueño les dijo: “Esto lo ha hecho un enemigo.” Los siervos le preguntaron: “¿Quieres que vayamos y la arranquemos?” 29 Y él les respondió: “No, porque al arrancar la cizaña podrían también arrancar el trigo. 30 Dejen que crezcan lo uno y lo otro hasta la cosecha. Cuando llegue el momento de cosechar, yo les diré a los segadores que recojan primero la cizaña y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero”». Versión: Reina Valera Contemporánea.

Esta parábola, es la segunda de Jesús y para aquellos que desean su interpretación, lean lo que Jesús mismo explica en Mateo 13:36-43.

Analizando algunos elementos

a) El Hijo del Hombre. Es el mismo que Daniel nos presenta. Veamos: »Mientras tenía yo esta visión durante la noche, vi que en las nubes del cielo venía alguien semejante a un hijo de hombre, el cual se acercó al Anciano entrado en años, y hasta se le pidió acercarse más a él. 14 Y se le dio el dominio, la gloria y el reino, para que todos los pueblos y naciones y lenguas le sirvieran. Y su dominio es eterno y nunca tendrá fin, y su reino jamás será destruido.
Es el Mesías a quien esperamos. Y notemos es el TODOPODEROSO a quien le pertenece todo lo que existe y Su reino no ha de tener fin.
¿Qué hace Jesús? Es el que siembra la buena semilla.

b) El campo. Es el mundo donde se niega a Dios el Creador y se hace enemigo de él. 

c) La buena semilla. Son los hijos del reino que viven en mundo, pero no son del mundo.

d) La cizaña. Los hijos del maligno, que también viven como vecinos de los creyentes.
e) El enemigo. Es Satanás, quién se opone a Dios con lo que “dice” y lo que “hace”.

f) La cosecha. Es el fin del mundo. Aquí pongamos atención a dos aspectos.
1. Este mundo donde vivimos va a tener un fin y esto no porque la ecología está destruida, la energía se terminó, o por una guerra mundial, sino porque a este punto final de la Historia es Dios que actúa.
2. El fin del tiempo, es un determinado, un período determinado.
ATENCION
Todo el tiempo que no ocurre el fin del mundo los hijos del reino, han de vivir junto a los hijos de Satanás.

Es decir, notemos la existencia de la buena semilla y de la mala semilla. Ambas crecen y será cuando al madurar y venga la cosecha que ambos serán separados.
Todo el tiempo que no hay cosecha, la mala semilla, crece y madura. Esto lo veremos, en la iglesia romana, hablan de Jesús, hablan de la Biblia, pero NO toda la VERDAD. Los Testigos hablan del paraíso en la tierra, pero no de nuevos cielos y nueva tierra donde reina Jesús por la eternidad. Los adventistas también hablan de Jesús, de la salvación, pero si tú no eres miembro de esa secta, y no guardas el sábado no perteneces a la iglesia verdadera. Estás perdido.

g) Los segadores. Son los ángeles, seres creados por Dios para su servicio. Ellos son los llamados a separar en el tiempo de la cosecha a la cizaña para echarlos al fuego.
Notemos quienes serán separados:
1. A los que sirven de tropiezo. Son pseudo creyentes que no son obedientes, y que hacen caer a otros.
2. A los que hacen lo malo. Es decir, todo aquel que vive sin Dios. Todo aquel que no caminan por la senda de Dios.
Reflexionemos:
Los hijos del reino, resplandecerán como el sol. Es decir, resucitarán. Serán guardados en el granero.
Los hijos de Satanás serán echados al infierno, separados de dios por la eternidad.
¿Dónde has de pasar la eternidad?


[1] Ver. Éxodo 23: 14-17; Deuteronomio 16.
[2] Sobre estos puntos ver Juan 17: 6, 18, 26, etc.

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