La Oración de Jesús (Juan 17: 1-5).
Introducción
Este
Evangelio fue escrito en primer lugar para los creyentes cristianos de la
iglesia en Éfeso donde Juan era su pastor. La meta que tenía Juan, el discípulo
amado, era despertar y fortalecer la fe en Cristo de los creyentes que estaban
pasando una lucha frente a falsas enseñanzas. El mensaje del “Logos”, el Verbo,
es el mensaje para el mundo de entonces y hoy. El evangelio no es un mensaje
basado en una fe ciega, sino basada en una fe ligada también en la razón y que
llega hasta el corazón y esto por medio de una Persona, Dios – Hombre.
Antes de ver
el pasaje arriba mencionado hacemos recordar:
·
En el c. 13 encontramos que Jesús
lava los pies de sus discípulos como enseñanza de humildad y servicio que también
deben practicar Sus discípulos.
·
Del c. 14 al 16 encontramos
instrucciones para los discípulos. Jesús termina esta parte dando un mensaje de
victoria: ¡Yo he vencido al mundo! Satanás
y su reino ha sido vencido. Por eso Él puede decir: ¡Tengan paz! Y en un mundo donde nosotros los creyentes tendremos
aflicción, Jesús nos dice: ¡Confiad!,
dicho de otro modo: ¡Tenga valor!
Notemos
ahora, que el c.17, es una oración que hace Jesús, la última antes de ser
arrestado, algunos lo titulan: La oración sacerdotal de Jesús. Por ahora,
estudiaremos la oración que hace por Él mismo, vv. 1-5.
1. La hora ha llegado
Cuando leemos
la Biblia encontramos distintos sucesos en distintos tiempos. Y en la obra
redentora de Dios el padre encontramos también diferentes tiempos de cómo Jesús
actúa. Pablo dice: Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, y nacido bajo
la ley (Gálatas 4:4). No fue un minuto antes ni después, sino a su debido
tiempo. Aquí celebramos la Navidad, el nacimiento de Jesús.
Tiempo de sufrir
Ahora en esta
oración Jesús dice: Padre la hora ha
llegado.
Para Jesús ha
llegado otro momento en Su ministerio: La hora de sufrir y morir.
Pablo también
escribe al respecto: Y estando en su
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:8).
Los creyentes
de Filipo y nosotros debemos aprender de este ejemplo de humildad y la más
grande entrega de amor que alguien que puede dar alguien por otro. Pablo
desafía a sus lectores y dice: completad
mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, sintiendo una
misma cosa (Filipenses 2:2).
El desafío
para ti y para mí: practiquemos la humildad. El amor. “Sintiendo una misma
cosa”. Si esto no se encuentra en los creyentes creo, algo raro está pasando en
la vida cristiana. Debemos de probarnos y si es necesario corregirnos antes que
sea tarde.
Sufrimiento y
muerte son los caminos de Jesús, antes que Él pudiera asumir Su poderío en todo
el universo.[1]
2. Un deseo personal
Glorifica a tu Hijo. Glorificar, es reconocer a alguien,
dotarle de dignidad, es dar una posición de honra a determinada a una persona.
Este es el “deseo” de Jesús en esta oración. Pero notemos, que Jesús al
expresar este deseo personal también implica que Dios el Padre también va a ser
glorificado.
Jesús está en
camino a cumplir Su tarea de redimir al hombre pecador. Ese camino lleva al
sufrimiento para terminar con la muerte en la Cruz. En otras palabras. Jesús y
el Padre tiene una meta: Darnos la salvación.
Jesús al
tener ese deseo de ser glorificado por el Padre, veremos que Él tiene una
“comunión” íntima con el Padre. Hay una “unidad” entre el Padre y el Hijo. Si
leemos atentamente los Evangelios y especialmente el de Juan notaremos, que
también el Espíritu Santo ha de ocupar esa relación de unidad con Dios el
Padre, Dios el Hijo.
¿Y cuál es la
tarea de Dios el Espíritu Santo? Entre otras tareas, es de “glorificar” a
Jesucristo (Juan 16:14). Entonces pongamos atención, el Espíritu Santo a de
glorificar; al Verbo Eterno, El Logos, Al Alfa y Omega, Principio y Fin, El que
Era, y que ha de venir, al Todopoderoso. ¿Cómo lo hace? Anunciando y dando a
saber la Persona y la obra de Jesucristo (Juan 16:15). Y así encontramos esa
unidad y relación de Dios el Padre, Hijo, y el Espíritu Santo.[2]
¿Y qué es de
los creyentes frente al hecho de glorificar a Dios? Los discípulos también “glorifican”
a Jesús (Juan 17:10). Aquí en este punto, Pablo nos hace recordar: Todo lo que hacemos, debemos hacerlo para la
gloria de Dios (1 Corintios 10:31).
Aprendamos:
Nuestras
palabras y hechos en todo tiempo deben glorificar a Dios. Desafío para la vida
Cristiana de cada día.
3. He acabado la obra
El camino al
Calvario pronto debía comenzar, pero recordemos que ese camino fue sufrimiento,
dolor, lágrimas (Hebreos 5:7) angustia, abandono, soledad, injusticia.
La salvación
que consiguió Jesús en la cruz no fue con coacción, presión, obligación, sino
fue de forma voluntaria acompañada de obediencia.
Pablo dice: Y estando en condición de hombre, se humilló
a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses
2.8).
Jesús terminó
Su obra en la tierra, pero como el Rey del universo, El Hijo del Hombre, está
ahora sentado al lado derecho de Dios el Padre (Lucas 22:69).
Y si hablamos
del Hijo del Hombre, hablamos de Jesús el que tiene autoridad y poder para
reinar por la eternidad (Daniel 7:14)[3],
pero también actuar como Juez en el día del juicio (Apocalipsis 20:11-12).
Un llamado a
nuestros lectores
La biblia nos
dice: Hoy es el tiempo de salvación, mañana puede ser tarde. Jesús murió por
tus pecados en la cruz. Acepta lo que él Hizo por ti.
Si eres
creyente, acaba tu vida siendo fiel a Cristo y cumple la tarea que Jesús te ha
dado, recuerda vamos a rendir cuentas de nuestros dones y talentos. Si has
caído en pecado, abogado tenemos en Cristo frente al Padre.
Apuntes
Bíblicos les desea:
Muchas
bendiciones. Jesús resucitó.
[1] La vida de Jesús no termina con la
muerte, sino que resucitó y esto para reinar por toda la eternidad.
[2] Sin embargo, en algunos
grupos pentecostales y carismáticos, se da la gloria más al Espíritu Santo que
al Padre y a Jesucristo. Se habla y se alaba más al Espíritu Santo frente al
Padre y al Hijo. Estudiemos la Biblia y adoremos a Dios como debe serlo. Sobre
todo con la Palabra de Dios probemos si es en verdad el Espíritu de Dios es
fuente de adoración o es otro espíritu
que es adorado. La iglesia de Dios actúa con decencia y con orden (1 Corintios 14:40). Actuar como orates, gritar sin control en las
alabanzas, oraciones, y en los cultos es muestra de irreverencia, falta de
respeto en glorificar a Dios.
[3] La profecía de Isaías y otros
acerca del nacimiento de Jesús se cumplieron. Las profecías acerca del
sufrimiento y la muerte y resurrección de Jesús también se cumplieron. Y esto
es lo que fortaleza mi fe, que lo que Dios dijo se cumplió. Y la Historia Como
ciencia lo demuestra. Daniel 7 habla también que Jesús ha de ser el que reina
por la eternidad, oremos que venga ese
Reino de Dios.